Electromovilidad en Chile: ¿Y si el futuro ya está en marcha?
- rmatusdelaparra
- 21 abr
- 3 Min. de lectura

Imagínate esto: vas caminando por la ciudad y un bus gigante pasa a tu lado. Pero no hace ruido, no bota humo, no vibra. Es eléctrico. Y no, no estamos hablando de un sueño futurista ni de una escena en Noruega o Japón. Eso ya está pasando en Chile. Y más rápido de lo que muchos imaginan.
La electromovilidad —ese concepto que parecía algo lejano o exclusivo de países desarrollados— hoy está tomando fuerza en nuestras propias calles. Cada vez vemos más autos eléctricos, y no solo particulares. En Santiago, por ejemplo, ya circulan más de 2.000 buses eléctricos en el sistema RED. Eso nos posiciona como uno de los líderes en transporte público eléctrico en Latinoamérica.
¿Y por qué esto es tan importante?
Porque el transporte es uno de los sectores que más contamina. De hecho, casi el 25% de las emisiones de CO₂ en Chile provienen de autos, buses y camiones. Cambiar eso es urgente si queremos respirar aire más limpio y cumplir nuestras metas climáticas. Además, un auto eléctrico contamina menos, gasta menos en energía (comparado con la gasolina), y es mucho más silencioso. Suena ideal, ¿no?
Pero no todo es tan simple.
Aunque los avances son reales, aún enfrentamos un desafío clave: la infraestructura de carga. O, para decirlo más claro, los enchufes para estos autos. Si hoy te compras un vehículo eléctrico y vives en Santiago, probablemente encontrarás un cargador público cerca. Pero si vives en Talca, Puerto Montt o Iquique… la historia puede ser muy distinta.
Actualmente, Chile cuenta con poco más de 1.400 puntos de carga públicos en todo el país. Una buena cifra si pensamos en cómo partimos hace unos años, pero aún insuficiente si lo comparamos con la velocidad a la que están creciendo las ventas de autos eléctricos. De hecho, en 2023 se vendieron más de 6.000 autos eléctricos e híbridos enchufables, un aumento de más del 100% respecto al año anterior.
Entonces, ¿qué está deteniendo este boom?
Primero, la falta de cargadores en regiones. Mientras Santiago, Valparaíso y Concepción concentran la mayoría de los puntos de carga, otras ciudades quedan completamente rezagadas. Y aunque algunas autopistas ya tienen cargadores rápidos, aún no es posible recorrer el país completo sin preocuparse de quedarse sin batería en medio de la nada.
Segundo, los tiempos de carga. Aunque los cargadores rápidos pueden recargar un auto en menos de una hora, los cargadores domiciliarios o estándar tardan varias horas. Esto implica que no basta con instalar enchufes, también necesitamos una red eléctrica robusta, inteligente y distribuida.
Y tercero, el costo. Aunque los autos eléctricos bajaron de precio, aún son más caros que sus versiones a gasolina. Sin incentivos más potentes, muchas personas todavía los ven como un lujo, no una opción realista.
Ahora bien, no todo son problemas. El gobierno ya lanzó la Estrategia Nacional de Electromovilidad, que busca que al 2035 todos los autos nuevos vendidos en Chile sean eléctricos. Y empresas privadas están apostando fuerte: Enel X, Copec Voltex y otras están expandiendo su red de cargadores rápidamente. Incluso hay proyectos para implementar cargadores solares y estaciones móviles.
Entonces, ¿estamos avanzando? Sin duda. ¿Lo suficiente? No todavía.
Pero hay algo que sí está claro: el futuro ya arrancó. Y aunque aún no todos puedan tener un auto eléctrico, cada paso que demos en esa dirección es un paso hacia un país con menos humo, menos ruido y más energía limpia.
Como toda revolución, la electromovilidad requiere no solo tecnología, sino voluntad, planificación y visión a largo plazo. Porque si vamos a cambiar la forma en que nos movemos, necesitamos asegurarnos de que todos podamos enchufarnos a ese cambio. Desde Arica hasta Punta Arenas. Electromovilidad en Chile: ¿Y si el futuro ya está en marcha?
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